viernes, 29 de julio de 2016

CASTIGADA POR EL DIRECTOR

Después de adquirir y disfrutar de los amplios conocimientos sexuales de Steve Daniels; hice mi “salida” pero alcanzar el siguiente escalón era mucho más complejo. Ese peldaño le pertenecía a un grupo muy cerrado y discreto; con años en las andadas habían aprendido a ocultarse del ojo público muy bien; de eso dependía que continuaran conservando su lugar inmaculado en la sociedad. El grupo era conocido como los 5 Jinetes; si bien como los de la Biblia destruían todo a su paso, lo de jinetes era más porque les encantaba montar; en especial a lolitas. Descubrir sus identidades no me resulto fácil. Nunca más de dos compartían  a la misma mujer y los demás se limitaban a ver la función a través de pantallas instaladas en sus cuartos secretos. Las trasmisiones eran en directo y nunca grababan ninguna sesión, ni solían departir o estar los 5 juntos.

Gracias a una conversación indiscreta que escuche en los vestidores; sostenida por dos porristas descubrí al eslabón más débil de la cadena. Según entendí el Director de nuestra escuela intercambiaba recomendaciones y otras lucrativas compensaciones por favores sexuales. Los encuentros se realizaban en su oficina; pero una de las chicas afirmo que el tenia un cuarto secreto; pero que solo a las mejores las llevaba ahí.

Un par de semanas después y tras volverme un verdadero fastidio para profesores y compañeros de clase me encontraba sentada en el banquillo de los acusados frente al Director. Me mordía el labio inferior copiosamente aparentando nerviosismo. Mi situación escolar era seria y mi expulsión casi inminente, el debía llamar a mis padres y exponerles la situación; pero tras casi una hora de estar en su oficina el continuaba sin llamarlos y revisando papeles mientras me miraba de reojo. Me serví un vaso de agua de la jarra en su escritorio y torpemente lo deje caer sobre mi blusa; como no llevaba sostén mis pechos se vieron expuestos y mi pezones se entumecieron. El Director paso la lengua por sus labios con lascivia y yo fingí no notarlo, busque un paño en mi maletín y comencé a secar mi blusa a la altura de mis pechos.  

                Estas en serios problemas – Me dijo en tono enérgico el Director David Williams, mientras su mirada se detenía sobre mis pezones.
                Lo siento – Afirme en voz baja y tímida mordiendo mis labios de nuevo.
                Tendré que llamar a tus padres, no veo otra forma de corregir tu actitud- Me amenazo.
              Por favor no lo haga, usted no sabe de lo que  son capaces, haré lo que sea, pero no los llame –Afirme casi con lágrimas en los ojos.

Una perversa sonrisa se dibujo en su rostro, acababa de decirle justo lo que deseaba escuchar. Hizo un ademan con su dedo índice invitándome a acercarme hasta él. Rodee el escritorio y quede de pie frente a su silla, el abrió sus piernas y me ubico en medio de ellas, deslizo su mano derecha muy lentamente por debajo de mi falda, hasta rozar mi clítoris. Del sobresalto apreté las piernas y mordí con fuerza nuevamente mis labios; el sonrió complacido. Por supuesto, las sumisas e inocentes eran su plato favorito y yo era toda una especialista fingiendo sumisión. Se levanto de la silla y sin dejar de acariciar mi clítoris me beso.

Introdujo su lengua tan profundo en mi boca que casi me quede sin aire. Intente zafarme pero su contextura era casi tres veces la mía. Era un tipo común, nada extraordinario. Tenía algo de sobre peso principalmente concentrado en su barriga y un espeso vello le cubría los brazos. Ni en mis peores pesadillas habría contemplado permitir que alguien con sus características me tocara; pero tenía curiosidad; según la charla de las porristas el sujeto era todo un semental.

                ¿Te gusta?- Me pregunto con marcada expectativa. Yo baje la mirada aparentando vergüenza, más mi reacción a su beso y a esa intensa caricia otorgada por sus dedos en mi clítoris le confirmaron que sí me gustaba.
                Mañana, ven aquí después de clases y arreglare tu problema – Aseguro apartándose de mí.
                ¿Mañana? – Cuestione algo extrañada, creí que le había gustado y que me tomaría justo ahí; pero después comprendería que ese solo era el pre ambulo. Le gustaba “tantear” el terreno antes de proceder a las ligas mayores y al parecer yo había pasado la primera prueba.

Al día siguiente como el director solicito me presente a su oficina después de clases; de nuevo me hizo esperar por más de una hora sin decir una palabra mientras revisaba numerosos documentos. Su secretaria toco a la puerta, le dejo otro manojo de papeles y le pregunto si necesitaba algo más mirándome con seriedad. El afirmo que no, le dijo que esperaba una llamada de mi padre y que luego me despacharía con él. El semblante de la mujer se apaciguo y entonces se despidió sin decir más. Media hora después el Director termino con sus papeles y repitió el gesto del día anterior. Me acerque de nuevo hasta su silla y me repaso de arriba hacia abajo por unos segundos.

                ¿Lo que sea dijiste? –Me pregunto interesado.
                Lo que sea – Le confirme con una voz tenue y mordiendo sugestivamente mis labios. Me tomo de la cintura y me poso frente a él sobre el escritorio.
                ¿Eres virgen?- Cuestiono muy serio y yo negué con la cabeza.

Me abrió las piernas de golpe y levanto mi falda. Corrió mis bragas hacia un costado y comenzó a acariciar mi clítoris con sus dedos sin perder detalle de mis reacciones. Introdujo su dedo del medio lentamente en mi coño, adentro y afuera una y otra vez y haciendo círculos. Estaba tan mojada que la humedad se desbordaba de mi coño cada vez que su dedo se introducía. Caí hacia atrás sobre el escritorio y sentí como su lengua me colmaba deslizándose sobre mi clítoris y después dentro de mi culo. Se me escapo un fuerte gemido y sostuve su cabeza contra mi coño con fuerza. El director repitió esa acción varias veces y solo se detuvo cuando confirmo que me había corrido. Luego abandono su sillón y se bajo la cremallera, su enorme y gruesa polla se libero con rapidez como si hubiese estado aprisionada y con la punta comenzó a rozar mi coño como dibujándolo. 

Se introdujo dentro de mi con decisión y empujando con fuerza; grite por la opresión y sentí como si todo alrededor desapareciera. Levanto mis piernas hasta la altura de mi pecho y comenzó a penetrarme sin miramientos. El escritorio se movía copiosamente y las carpetas sobre el cayeron sobre el suelo y comenzó a besarme con impudicia. Me abrió la blusa y apretó mis pezones sin detener su embestida. Me corrí ahora sobre su polla y eso pareció excitarlo aun más. Me puso de costado y levanto una de mis piernas para facilitarse la penetración y continúo con su embate sin disminuir la intensidad.

Me corrí nuevamente al sentir como su larga polla rozaba mi punto G y me puso ahora en cuatro sobre el escritorio mientras tiraba de mi cabello como un salvaje. Me penetro tan profundo que casi sentí su polla salir por mi boca, mas lo que en realidad lo hacía eran mis gritos.

                ¡Oh si, sigue, sigue, que delicia¡- Repetía entre jadeos.

Comenzó a palmearme el culo mientras me montaba completamente enajenado, me abrió las nalgas con firmeza y enfilo su polla contra mi culo. Se dejo llevar primero lentamente y cuando al fin lo invadió arremetió igual de salvaje. Yo me aferre al escritorio con las uñas para poder soportarlo, mientras el cambiaba su polla de mi coño a mi culo como si tocara en una orquesta. Entre más duro me cogía, yo mas gemía y su excitación aumentaba convirtiéndose en un círculo vicioso que solo término cuando finalmente se corrió dentro de mi coño.

Caí de bruces sobre el escritorio y por un par de minutos no pude moverme. Tenía la sensación de que una aplanadora me había pasado por encima, no coño se advertía tan colmado que no parecía necesitar otra polla en varios días. Escuche que el director se cerró la cremallera y se sentó detrás de mí.

                Tu historial está limpio, ya no tendrás problemas en clases. Quiero verte de nuevo mañana- Sentencio levantándose y acercándose a mí para besarme.

Me acomode la ropa interior, la falda y la blusa y me dispuse a marcharme sin decir nada. Me detuvo contra la puerta y me beso de nuevo esta vez hasta dejarme sin aire.

                Mañana – repitió como si yo pudiera olvidarlo.

Me marche algo confundida, en realidad lo había disfrutado y no estaba segura de la causa, como dije ni en un millón de años habría contemplado acostarme con alguien como el Director, pero al parecer lo que se decía de él era cierto, resulto todo un semental; ningún libro debe juzgarse por su cubierta y para el día siguiente mis expectativas para nuestro segundo encuentro eran más altas. Sin embargo lo que sucedió dentro de ese cuarto secreto resulto ser más de lo que anticipaba.





DANDO GRACIAS DE PIERNAS ABIERTAS Y POR PARTIDA DOBLE.



Luego de seis meses en donde la religiosa constancia y la amplia experiencia de Steve Daniels saturaron mis dìas y mis noches de sexo duro e intenso llevandome hasta el borde de la locura; todo parecia encajar a la perfeccion. Desde la segunda semana que comenzamos a tener intimidad, abrio una cuenta para mì y depositaba en ella una cuantiosa suma para que me diera gusto con cualquier capricho propio de mi edad. Por supuesto yo retiraba todo de la cuenta en cuanto ingresaba y lo guardaba en una caja de seguridad ubicada en mi cuarto la cual mi padre me regalo. Una pequeña parte de ese dinero sirvio para ampliar mi ajuar de ropa interior y pijamas. Me decidi entre una gama de sexy y coqueta a sucia e impudica y aun no tenia muy claro cual de los dos estilos lo trastornaba màs.

Durante la cena de Accion de Gracias que mis padres ofrecieron; la casa se abarroto de vecinos y amigos…uno de ellos me tomo por sorpresa. Samuel se acercò a mi con ese dulce brillo en sus ojos y me beso tiernamente en la mejilla; escoltado por su hermana Silvia y sus padres. Era la primera vez que nos veiamos desde nuestro ùltimo y fogoso encuentro. Me llevo a parte mientras su familia saludaba a la mìa y nos acomodamos en una mesa frente a la enorme ventana que daba al jardin. Me entrego una pequeña cajita que contenìa una pulsera de plata con sus iniciales y las mias grabadas, como regalo de cumpleaños y le agradecì con un beso en la mejilla. Por reflejo vi a Steve observàndonos muy molesto desde el jardìn; màs no era mucho lo que podia hacer al respecto en ese momento. Samuel me reclamo aunque con mucha dulzura por la escasa comunicación entre los dos durante ese tiempo. Yo no respondìa a muchas de sus llamadas, sus correos y mensajes de texto y la verdad era que pretendìa que se enfocara en su carrera y consiguiera una novia universitaria, pero el no pensaba en otra cosa que en mi. Ser el primer hombre que me dio tanto placer lo habia marcado màs de lo que presumìa y considerando que se suponìa que yo lo amaba y que esa fue la pincipal razon de mi entrega; mi actitud fria y distante lo habìa desconcertado.

Aunque ya era costumbre que acampara en el patio trasero de la casa la  noche de Accion de Gracias con mi padre; Samuel me obligò a comprometerme a verlo. Al rato Steve se me acercò en la cocina y me cuestiono sobre que tanto hablaba con Samuel. Sus celos lo implulsaron a perder la discrecion y actuar agresivo y dominate conmigo, accion que casi nos descubre cuando mi abuelo entro a la cocina en busca de una soda. Afortunadamente Steve actuo con rapidez y me soltò; pero con voz baja me exigio que lo viera mas tarde a solas aunque no le prometì nada. 

Pasada la media noche Samuel se aparecio en el patio trasero de mi casa. Abandone la carpa usando solo mi pijama y verifique que la pildora para dormir que le di a mi padre hubiera surtido efecto. Acto seguido escolte a Samuel hasta su jeep y condujo hasta un parque cercano. Se suponìa que hablariamos pero en cuanto me beso, senti a su polla ponerse dura y abri las piernas casi por instinto. Entro en mi coño con tanta fuerza que emitì un gemido incluso mas alto que la primera vez que lo hizo. Rodamos sobre el pasto y con mis piernas sobre sus hombros recibi su embestida gustosa. La situacion era apremiante. Samuel se estaba tirando a una menor de edad al aire libre en una zona en donde podìa ser visto; sin embargo lo ùnico que parecia preocuparle era si yo lo disfrutaba ya que entre jadeos me preguntaba.
              
               ¿Me extrañaste? ¿Te gusta? ¿Te la meto toda?
                Si, si, si. Yo le respondia a todo.

Me puso en cuatro y comenzo a penetrarme por detràs, empujando su polla bien profundo y meciendo sus caderas como una maraca. Gritaba con todas mis fuerzas. En mis faenas con Steve parecia haber olvidado la delicia que era que Samuel me follara; pero despues de esa noche no lo olvidarìa nunca màs. Samuel retirò su polla un momento y mientras su manos apretaban mis endurecidos pezones, su lengua invadia mi coño haciendo circulos, luego sus dedos juguetearon con mi clìtoris y su lengua ahora se adentraba en mi culo. Mi vagina estaba empapada, un hilo de jugo abandonaba mi coño y Samuel lo lamìa àvidamente y se saboreaba.

                ¡Uy que delicia! Decìa entre susurros, mientras su lengua entraba y salia de esos dos hoyitos que tanto lo excitaban.

De nuevo empujo su polla en mi coño y me entremecì, acompañe su movimiento y nos unimos en un vigoroso compàs que aumentò el placer para ambos. Saco su polla y la metiò en mi culo aunque debio empujar con mas fuerza para obligarla a entrar. Finalmente lo hizo y tomo posesion de algo que sabia que era suyo…que yo era suya y que siempre lo seria sin importar la existencia de otros hombres, del tiempo y de la distancia. Regreso a mi coño y repitio esa accion entre el y mi culo una y otra vez, aumentando la potencia de su penetraciòn. Las luces rojo y azul intenso de una patrulla se divisaron a varias cuadras. La patrulla se aparcò en un cruce pero a la distancia no se advertian sus ocupantes. Samuel apretò mis senos y comenzo a besar la parte posterior de mi cuello sin amainar la intensidad de su embestida. Minutos despues y aùn con la patrulla a nuestra vista Samuel se corrio dentro de mì y susurro a mi oido, tocando mi clìtoris y acariciando mis senos.

                ¡Que rica estas, vamos correte para mì!

Y un par de minutos despues con sus dedos en mi coño tambièn lo hice. La patrulla tomo una direccion contraria al parque y Samuel y yo comenzamos a reir a carcajadas. Un cuarto de hora despues y aùn con la adrenalina al màximo me posò sobre el capo del jeep, me abrio las piernas de un tiròn y comenzo a follarme ahora como si el mundo se fuera a acabar y haciendo que me corriera a mares esta vez sobre su polla.

Debo reconocer que esta vez cuando Samuel regreso a la universidad me entristecì. Me habia hecho gozar inmensamente en un sitio publico y comenzaba a advertir que no solo el sexo de reconciliacion era memorable; tambien lo era el de despedida y ahora que Samuel me habia hecho prometerle que hablariamos mas y no volveriamos a perder el contacto; comprendìa que librarme de èl no me resultarìa tan sencillo como vaticinè. A la mañana siguiente tomaba una larga y tibia ducha evocando la dura y caliente polla de Samuel penetrandome; cuando unas manos familiares tiraron de mi cabello con firmeza. Steve me empujo contra la pared de vidrio de la ducha y separo mis piernas con furia antes de embestir dentro de mi coño con vigor. Se me hacia obvio que debia estar muy molesto conmigo porque no lo busque la noche anterior; para atreverse a irrumpir en mi casa y en mi habitacion a plena luz del dìa arriesgandose a ser descubierto; porque si bien mis padres habìan salido, en la casa estaba el personal de servicio. 

Mientras me follaba con violencia puso su mano en mi boca impidiendome gritar; al tiempo que susurraba en mi oido…puta. Casi inadvertidamente me corri y ese hecho lo excitò aun màs.

                ¡Puta, puta, puta! Repetìa en mi oido como una sentencia. 

Con una de sus manos levanto mi pierna derecha para facilitar la intrusion de su polla y continuo presionandome contra el vidrio. Su determinacion era absoluta, nada lo detendrìa y aun cuando afuera de mi habitacion se escucharon los pasos de la mucama mientras realizaba el aseo; continuaba cabalgandome con todo su impetu. Finalmente cuando la furia, los celos y el deseo rindieron sus frutos; estallo dentro de mi colmando mi coño hasta su desborde.

Poco despues y casi sin aliento me dio un ultimatum. Dijo que no queria ver a ningun otro hombre cerca de mi. Que mas me valia atenderlo cuando me llamaba y que yo era suya y si me atrevìa a engañarlo lo matarìa a èl y a mì y fue bastante convincente. Por desgracia para èl yo no reacciono muy bien ante las amenazas y ya que Steve habia decidido convertirse en una molestia para mì; me habìa obligado a adelantar mi plan de salida. No obstante debia asegurar en mis manos la gruesa suma que èl me habia prometido y comenzar a trabajar en la consecucion de mi nuevo maestro. Uno que me enseñara no solo de otros placeres del sexo, sino que tambien ampliara mis conocimientos en el arte de la manipulacion…pieza clave para poder alcanzar el siguiente escalon de mi nutrida escalera.



sábado, 2 de julio de 2016

LA PRIMERA DE MUCHAS NOCHES DE IMPUDICO SEXO CON STEVE DANIELS



Samuel me instruyo muy bien antes de marcharse a la universidad y no solo en el tradicional sexo vagina; también practicamos sexo oral y anal. Hizo lo que pudo para que adquiriera cierto bagaje en la medida de sus posibilidades, sin embargo la experiencia que da los años no se improvisa.  Si ese jovencito había podido otorgarme tanto placer era casi seguro que Steve Daniels me haría tocar el cielo con las manos.

Faltando un par de semanas para mi cumpleaños número 15 convencí a mi madre de dejarme cambiar el color de mi cabello de rubio a castaño oscuro ¿Por qué se preguntarán? Bueno es simple. Luego de analizarlo a conciencia comprendí que el cabello rubio me da una apariencia de muñeca Barbie, deseable y exuberante y en este punto la imagen que buscaba proyectar era la de una niña dulce, ingenua y sobre todo inocente…algo que se me escapaba al ser tan llamativa. Además el cabello oscuro que quitaba un par de años, haciéndome lucir mucho más joven de lo que en realidad era. 

Con este cambio de look, solo faltaba encontrar el momento justo para incitar a Steve. Nunca tuve dudas de que yo le gustaba; sin embargo aparte de ser menor de edad (hecho irrelevante para el considerando que le encantaban las niñas), era el mejor amigo de mi abuelo y conocía a mi padre desde pequeño. Así que pese a que de seguro ya había formado parte de sus más sucias fantasías, no seria tan sencillo que se atreviera a tocarme. Tenía mucho que perder, el prestigio, la libertad e incluso la vida si mi abuelo o mi padre se enteraban. Por ello debía convencerlo de que estar conmigo bien valía la pena el riesgo. 

La esperada oportunidad se presento en el cumpleaños de una vecina de nombre Matilda. Cumplía sus 50 años y quiso celebrarlo con pompa. Era una fiesta de adultos, pero yo estaba presente porque me ofreci a cuidar a sus nietos. pero no fue un gesto de generosidad, ubique la bebida favorita de Steve y sigilosamente deje caer una píldora de éxtasis en su trago, cortesía de Samuel. Uno de los tantos placeres que intento enseñarme, pese a ello las drogas no son lo mio.
A eso de las 11 de la noche mi abuelo y otro vecino llevaron a Steve a su casa y poco después los padres de los nietos de la señora Matilda finalmente llegaron y le dije a mi abuelo que ya me iba a dormir. Tenía permiso de quedarme en su casa. Más tarde acomode un muñeco bajo las sabanas por si acaso pasaba a verme antes de acostarse y me escabullí por la puerta trasera hasta la casa de Steve, cuyos patios colindaban. Lo encontré tendido sobre el sofá de la sala. Abrí sus parpados y estaba completamente ido. Lo golpee en el rostro varias veces hasta que abrió los ojos; pero no podía coordinar sus movimientos con facilidad. Le dije que mi abuelo me había pedido que le diera un vistazo y lo ayude a llegar a su cuarto. Lo deposite en su cama y comencé a desvestirlo, supuestamente para que se pusiera su ropa de dormir. Lo hice de tal forma que mis manos rozaran su pecho descubierto, su ingle e incluso su polla aunque dando la impresión de ser accidental. Yo solo vestía un diminuto pijama y me las ingenie para que cayéramos sobre la cama y uno de mis senos se saliera de ella y le golpeara la cara. En cuestión de segundos pude sentir debajo de mí como su polla se ponía dura. Fingí intentar levantarme de la cama y roce sus labios con los míos. 
Steve comenzó a besarme de la forma más lasciva que me habían besado hasta ese momento y yo le seguí la corriente. Sus manos acariciaron mis pechos y sus dedos aprisionaron mis pezones. Su polla se sentía aun más dura, mientras su lengua descendía por mi cuello, mi vientre y se hundía agónicamente entre mis piernas. Corrió mi panty hacia un lado y pude sentir su lengua húmeda y caliente juguetear con mi clítoris, luego adentrarse en mi vagina con dureza. Yo ya no gemía, gritaba y me saboreaba completamente enajenada, como si una fuerza invisible me obligara a desprenderme de mi cuerpo. Sostuve su cabeza contra mi coño con fuerza y lo obligue a continuar lamiéndome y chupándome hasta que finalmente me corrí en su boca.

Sus labios aun chorreaban con mi jugo cuando me beso con absoluto deseo y sentí un fuerte punzón cuando su enorme polla me penetro sin miramientos. Enterré mis uñas en su espalda y le mordí los labios mientras el embestía dentro de mí con todas sus fuerzas. El sexo fue tan intenso que me pareció que follamos por horas, finalmente se corrió dentro de mí y cayo rendido apoyando su rostro sobre mis senos.
Al amanecer me desperté primero, organice la treta y lo deje en la misma posición. Él lo hizo poco después, exhalo un suspiro de impresión, el aire rebotó sobre mi pezón y me moví. El se incorporo de un salto, estaba desnudo y yo también por lo que su expresión era de pavor. Le tomo varios segundos aclarar su mente y comprender lo que había sucedido. 

                ¿Lo hice mal? Le pregunte como toda una mojigata y con una carita de ángel.

No se atrevió a responderme, era claro que no recordaba todo, pero recordaba algo y eso era suficiente para aclarar sus dudas. 

                Debes irte. Me dijo muy serio.
               ¿Pensé que te habia gustado? Le dije con la misma carita y me levante de la cama. La mancha de sangre ya estaba seca. Al igual que la que Steve tenía sobre su polla. 

El pavor regreso a sus ojos al creer que había sido el primero, que él me había desvirgado y contaba con eso para conseguir todo lo que quería de él (la sangre la recicle de unos filetes de res que tenia mi abuelo, pero el no tenia como saberlo). Me puse el pijama de nuevo y recogí las sabanas, iba a llevarlas a la lavadora pero él me detuvo e insistió en que regresara a casa del abuelo. Solté las sabanas sobre la cama y le hice caso. No lo vi durante varios días, no se apareció por casa del abuelo y según este me dijo, había viajado a visitar a su hijo en Nueva York. Yo seguí con el plan y tampoco hice ningún intento por contactarlo, ni siquiera cuando regreso. Me lo tope una tarde recogiendo las hojas secas de la piscina de mi abuelo. Nuestras miradas se cruzaron y yo baje la mía en señal de vergüenza. Así pasaron casi dos semanas desde nuestro encuentro sexual y me las ingenie para que cada vez que nos encontráramos me viera lo más deprimida, triste y lastimera posible. 

Finalmente sus fuerzas y el sentido comùn lo abandonaron y se me acerco una mañana que convenientemente pase a dejarle unos víveres a mi abuelo. Aprovechando que estábamos solos me pidió que lo perdonara y le dije con total rudeza.

                ¿Por desvirgarme o por no dirigirme la palabra después de hacerlo? Un destello de ternura se percibió en su mirada y tomo una de mis manos con delicadeza.
Lamento haberlo hecho tan mal y no estar a la altura. Asegure soltando mi mano.
No fue así. Lo que hicimos nunca debió pasar. Respondió el  tomándome por la cintura.
Entonces suéltame y déjame ir. Le dije  en tono desafiante.
No puedo. No hago otra cosa que pensar en ti, que desearte. Aseguro y su lengua lujuriosa invadio mi boca, luego me empujò contra la puerta de la cocina.

Su mano se deslizo dentro de mi ingle acariciando mi clítoris. Sus dedos se escurrieron dentro de mi coño y pudo sentir como mi jugo los mojaba casi al instante. Sonrió complacido por el efecto que había causado en mí. Bajo su bragueta y libero su endurecida polla. Me apoyo sobre el meson de la cocina. Despues me penetro como poseído, meciéndose màs y màs fuerte y mientras me miraba como si aun no pudiera creerlo me dijo.

                Eres mía. Voy a enseñarte todo lo que se y hacerte gozar como ningun otro jamas lo harà.
                !Oh sí! Le respondí mientras me corría.