Luego de seis meses en donde la religiosa constancia y la amplia experiencia de Steve Daniels saturaron
mis dìas y mis noches de sexo duro e intenso llevandome hasta el borde de la locura; todo parecia
encajar a la perfeccion. Desde la segunda semana que comenzamos a tener intimidad, abrio una cuenta
para mì y depositaba en ella una cuantiosa suma para que me diera gusto con
cualquier capricho propio de mi edad. Por supuesto yo retiraba todo de la cuenta en cuanto ingresaba y
lo guardaba en una caja de seguridad ubicada en mi cuarto la cual mi padre me regalo. Una pequeña parte de
ese dinero sirvio para ampliar mi ajuar de ropa interior y pijamas. Me decidi entre una
gama de sexy y coqueta a sucia e impudica y aun no tenia muy claro cual de los
dos estilos lo trastornaba màs.
Durante la cena de Accion de Gracias que mis padres
ofrecieron; la casa se abarroto de vecinos y amigos…uno de ellos me tomo por
sorpresa. Samuel se acercò a mi con ese dulce brillo en sus ojos y me beso
tiernamente en la mejilla; escoltado por su hermana Silvia y sus padres. Era la
primera vez que nos veiamos desde nuestro ùltimo y fogoso encuentro. Me llevo a
parte mientras su familia saludaba a la mìa y nos acomodamos en una mesa frente
a la enorme ventana que daba al jardin. Me entrego una pequeña cajita que
contenìa una pulsera de plata con sus iniciales y las mias grabadas, como regalo de cumpleaños y le agradecì con un
beso en la mejilla. Por reflejo vi a Steve observàndonos muy molesto desde el jardìn; màs no era mucho lo que podia hacer al respecto en ese momento. Samuel me reclamo aunque con mucha
dulzura por la escasa comunicación entre los dos durante ese tiempo. Yo no respondìa a muchas de sus llamadas,
sus correos y mensajes de texto y la verdad era que pretendìa que se enfocara
en su carrera y consiguiera una novia universitaria, pero el no pensaba en otra
cosa que en mi. Ser el primer hombre que me dio tanto placer lo habia marcado
màs de lo que presumìa y considerando que se suponìa que yo lo amaba y que esa fue la pincipal razon de mi entrega; mi actitud
fria y distante lo habìa desconcertado.
Aunque ya era costumbre que acampara en el patio trasero de la
casa la noche de Accion de Gracias con mi padre; Samuel me obligò a comprometerme a verlo. Al rato Steve se me acercò en la cocina y me cuestiono sobre que tanto hablaba
con Samuel. Sus celos lo implulsaron a perder la discrecion y actuar agresivo y
dominate conmigo, accion que casi nos descubre cuando mi abuelo entro a la
cocina en busca de una soda. Afortunadamente Steve actuo con rapidez y me soltò; pero
con voz baja me exigio que lo viera mas tarde a solas aunque no le prometì
nada.
Pasada la media noche Samuel se aparecio en el patio trasero de mi casa. Abandone
la carpa usando solo mi pijama y verifique que la pildora para dormir que le
di a mi padre hubiera surtido efecto. Acto seguido escolte a Samuel hasta su
jeep y condujo hasta un parque cercano. Se suponìa que hablariamos pero en
cuanto me beso, senti a su polla ponerse dura y abri las piernas casi por
instinto. Entro en mi coño con tanta fuerza que emitì un gemido incluso mas
alto que la primera vez que lo hizo. Rodamos sobre el pasto y con mis piernas sobre
sus hombros recibi su embestida gustosa. La situacion era apremiante. Samuel se
estaba tirando a una menor de edad al aire libre en una zona en donde podìa ser visto; sin embargo lo ùnico que parecia
preocuparle era si yo lo disfrutaba ya que entre jadeos me preguntaba.
¿Me extrañaste? ¿Te gusta? ¿Te
la meto toda?
Si, si, si. Yo le respondia a
todo.
Me puso en cuatro y comenzo a penetrarme por detràs,
empujando su polla bien profundo y meciendo sus caderas como una maraca. Gritaba
con todas mis fuerzas. En mis faenas con Steve parecia haber olvidado la
delicia que era que Samuel me follara; pero despues de esa noche no lo
olvidarìa nunca màs. Samuel retirò su polla un momento y mientras su manos apretaban mis
endurecidos pezones, su lengua invadia mi coño haciendo circulos, luego sus
dedos juguetearon con mi clìtoris y su lengua ahora se adentraba en mi culo. Mi vagina estaba
empapada, un hilo de jugo abandonaba mi coño y Samuel lo lamìa àvidamente y se saboreaba.
¡Uy
que delicia! Decìa entre susurros, mientras su lengua entraba y salia de esos
dos hoyitos que tanto lo excitaban.
De nuevo empujo su polla en mi coño y me entremecì,
acompañe su movimiento y nos unimos en un vigoroso compàs que aumentò el placer para
ambos. Saco su polla y la metiò en mi culo aunque debio empujar con mas fuerza para obligarla a entrar.
Finalmente lo hizo y tomo posesion de algo que sabia que era suyo…que yo era
suya y que siempre lo seria sin importar la existencia de otros hombres, del
tiempo y de la distancia. Regreso a mi coño y repitio esa accion entre el y mi culo una y otra vez, aumentando la potencia de su penetraciòn. Las luces rojo y azul intenso de
una patrulla se divisaron a varias cuadras. La patrulla se aparcò en un cruce
pero a la distancia no se advertian sus ocupantes. Samuel apretò mis senos y
comenzo a besar la parte posterior de mi cuello sin amainar la intensidad de su
embestida. Minutos despues y aùn con la patrulla a nuestra vista Samuel se
corrio dentro de mì y susurro a mi oido, tocando mi clìtoris y acariciando mis
senos.
¡Que
rica estas, vamos correte para mì!
Y un par de minutos despues con sus dedos en mi coño tambièn
lo hice. La patrulla tomo una direccion contraria al parque y Samuel y yo
comenzamos a reir a carcajadas. Un cuarto de hora despues y aùn con la
adrenalina al màximo me posò sobre el capo del jeep, me abrio las piernas de un tiròn y comenzo a follarme ahora
como si el mundo se fuera a acabar y haciendo que me corriera a mares esta vez sobre su polla.
Debo reconocer que esta vez cuando Samuel regreso a la
universidad me entristecì. Me habia hecho gozar inmensamente en un sitio publico
y comenzaba a advertir que no solo el sexo de reconciliacion era memorable;
tambien lo era el de despedida y ahora que Samuel me habia hecho prometerle que
hablariamos mas y no volveriamos a perder el contacto; comprendìa que librarme
de èl no me resultarìa tan sencillo como vaticinè. A la mañana siguiente tomaba
una larga y tibia ducha evocando la dura y caliente polla de Samuel penetrandome; cuando unas
manos familiares tiraron de mi cabello con firmeza. Steve me empujo contra la
pared de vidrio de la ducha y separo mis piernas con furia antes de embestir
dentro de mi coño con vigor. Se me hacia obvio que debia estar muy molesto
conmigo porque no lo busque la noche anterior; para atreverse a irrumpir en mi casa y en mi habitacion a plena luz
del dìa arriesgandose a ser descubierto; porque si bien mis padres habìan
salido, en la casa estaba el personal de servicio.
Mientras me follaba con violencia puso su mano en mi
boca impidiendome gritar; al tiempo que susurraba en mi oido…puta. Casi inadvertidamente
me corri y ese hecho lo excitò aun màs.
¡Puta, puta, puta! Repetìa en mi
oido como una sentencia.
Con una de sus manos levanto mi pierna derecha para facilitar la
intrusion de su polla y continuo presionandome contra el vidrio. Su determinacion
era absoluta, nada lo detendrìa y aun cuando afuera de mi habitacion se escucharon
los pasos de la mucama mientras realizaba el aseo; continuaba cabalgandome con
todo su impetu. Finalmente cuando la furia, los celos y el deseo rindieron sus
frutos; estallo dentro de mi colmando mi coño hasta su desborde.
Poco despues y casi sin aliento me dio un ultimatum. Dijo que
no queria ver a ningun otro hombre cerca de mi. Que mas me valia atenderlo cuando me llamaba y que yo era suya y si me
atrevìa a engañarlo lo matarìa a èl y a mì y fue bastante convincente. Por desgracia
para èl yo no reacciono muy bien ante las amenazas y ya que Steve habia
decidido convertirse en una molestia para mì; me habìa obligado a adelantar mi
plan de salida. No obstante debia asegurar en mis manos la gruesa suma que èl me
habia prometido y comenzar a trabajar en la consecucion de mi nuevo maestro. Uno
que me enseñara no solo de otros placeres del sexo, sino que tambien ampliara mis conocimientos en el arte
de la manipulacion…pieza clave para poder alcanzar el siguiente escalon de mi nutrida
escalera.
Que zorra,muero de curiocidad por saber quien sera tu próxima víctima.
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